Son tiempos difíciles no cabe duda.
Estamos inmersos en una crisis sin precedentes en la cual se han debido tomar medidas sin precedentes también.
Todo empezó allá por el mes de marzo, cuando estábamos de lleno con nuestros alumnos en el segundo trimestre. Nadie hubiera dado crédito a lo que se avecinaba.
Una noche, durante la cena y en un comunicado del Gobierno, se nos dijo que ya no volveríamos a clase, que ahora haríamos “teletrabajo”. Todo el que pudiera…
Pero… ¿y yo puedo? ¿Qué pasará con mis clases? ¿Mis alumnos?
Así de repente. Se empezará ya mismo. Mañana, pasado… cuanto antes. Ya no hay clases.
Lo que inicialmente fue un caos, tomó forma a medida que iban pasando los días. En muy poco tiempo, nos pusimos a manejar herramientas, hacer vídeos, llamar a nuestros alumnos, distribuir tareas, etc.
Mientras tanto, las noticias que nos llegaban seguían siendo desoladoras. Pero al instante, había que trasmitir a los chicos las ganas de seguir trabajando. Ganas de escucharnos, de seguirnos, de hacer tareas, de preocuparnos por sus vidas y la de los suyos, por la de los nuestros… con la mejor de las sonrisas y a veces incluso haciendo frente a protestas por la cantidad de materiales, soportes, deberes; a situaciones personales y familiares complicadas, etc.
Y ahí seguimos, sonriendo y con ganas.
Las ganas… L´envie…
¡Qué bonita canción nos dejó Johnny Halliday! L´envie… L´envie d´avoir envie…
Las ganas de tener ganas. Ese podía haber sido nuestro lema durante estas semanas. Con un esfuerzo titánico para algunos maestros y profesores que tuvieron que aprender a manejar la situación, tanto por una pelea con la tecnología como con las circunstancias. Menos el TAM TAM, creo que nos hemos hecho con todas las herramientas posibles e imaginables.
Pero nunca nos fallaron las ganas. Ni las ganas de hacer que los niños tuvieran ganas. Esas ganas de normalidad, esa clase a través de una pantalla en la que nunca falta una sonrisa, un abrazo virtual, un “os echo de menos”, “todo irá bien”, “pronto pasará”…
L´envie d´avoir envie. Y no sólo eso, sino que intentamos trasmitir esas ganas, esa fuerza para estar al frente. Nos han llegado grandes modelos e infinidad de ejemplos durante este tiempo. Grandes profesionales e increíbles personas que cada día han estado y están al frente de la lucha (sanitarios, agricultores, fuerzas de seguridad, dependientes de tiendas de alimentación, transportistas, pescadores, ganaderos, personas anónimas, artistas… Todos, absolutamente todos han aportado su granito de arena para que esta situación sea más llevadera y nunca falten ganas de ganar la lucha.
Y nosotros, los profesionales de la docencia, orgullosos de ver cómo nuestros chicos responden a nuestra llamada, cómo nos atienden a través de una pantalla, cómo seguimos resolviendo sus dudas y cómo les conectamos con la normalidad, pese a la terrible situación que están, que estamos viviendo. Vemos también cómo lo que han aprendido hasta ahora no es más que una pequeñísima parte de todo lo nuevo que están aprendiendo… y no me refiero a contenidos. Hemos dado y recibido clases de vida. Todos. Y nunca nos han faltado ganas. Y si han sido escasas en alguna ocasión, enseguida alguien nos muestra el camino. L´envie d´avoir envie. Nuestra mayor lección y la más difícil sin duda. No la olvidaremos nunca.
PS: No olvides tampoco escuchar esta gran canción que versiona Kendji Girac: L´envie.
Hasta pronto.
Sofía Bernardo Jáñez
Profesora de Francés de Secundaria
Delegada de ANPE-Madrid
