ANPE 623 Sept-Octubre 2024

domingo, diciembre 1, 2024
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Experiencias educativas en Castilla La Mancha

Docencia en tiempos de covid

M.ª Carmen Lorenzo Alfaro, profesora de Informática.
IES Cañada de la Encina de Iniesta (Cuenca)

En cuestión de semanas, de días, todo cambió, cambió nuestra forma de vida, cambiaron nuestras rutinas diarias y cambió la forma de ejercer nuestra profesión. Una profesión que necesita cada día ver las caras de nuestros alumnos, estar en contacto con ellos para sentir sus emociones, para escucharlos y entender las circunstancias de cada uno de ellos. En poco tiempo hemos materializado todo, el ordenador ha sido nuestro fiel compañero durante estos meses y nos hemos tenido que adaptar a una nueva forma de trabajo, donde hemos pasado del rechazo general al uso de las tecnologías digitales a una educación ‘online’ forzosa en todas las etapas del sistema educativo.

Este cambio es realmente abrumador, y es humano pensar en todas las partes implicadas, ¿las familias disponen de los recursos necesarios para poder adaptarse a este cambio?, ¿el estado emocional de los alumnos?, ¿cómo nos sentimos los profesores y cómo afrontamos este cambio?,… la respuesta a todas estas preguntas, desde mi punto de vista, se resume en PRIORIZAR, aunque tengamos la presión de los contenidos, en este momento, nuestro alumnado, el bienestar común, la conciencia de solidaridad… son elementos que van a alimentar el aprendizaje, más que muchos de los contenidos propuestos en el currículo.

Nos hemos visto obligados a cambiar un instituto lleno de alegría, ruido y alboroto por un instituto virtual, pero lo hemos entendido como un espacio más al servicio de nuestros alumnos y de sus familias, por las circunstancias excepcionales que hemos vivido, sin perder el trato humano y personalizado con cada uno de ellos, transmitiéndoles fuerza y energía para afrontar esta situación que seguro les hará madurar y les enseñara a adaptarse a cada una de las circunstancias con las que la vida les pueda sorprender.

Los alumnos, mis queridos alumnos, a los que tanto he echado de menos, entendieron muy pronto el mensaje repetido de que no estábamos de vacaciones y que las clases continuaban. Para nadie fue fácil y sé que para ellos menos. Cuando soñabas con ese viaje con todos tus compañeros, con el acto de graduación y clausura de un curso lleno de esfuerzo y trabajo, cuando se desean vivir experiencias cada día, estar encerrado en casa no es fácil. Solo puedo sentirme orgullosa por cada uno de ellos porque lo han hecho realmente bien.

Para finalizar me gustaría mencionar una frase de Steve Jobs: “No dejéis que vuestros miedos arrollen vuestros deseos. Dejad que las barreras a las que os enfrentáis (y habrá barreras) sean externas, no internas. La fortuna favorece a los audaces. Os prometo que nunca sabréis de qué sois capaces hasta que lo intentéis”.

Volveremos a las aulas con más fuerza que nunca y los pasillos se llenaran de alegría, luz y color.


Problema o milagro
Clases en tiempos de pandemia

José Antonio Fideu Martínez, maestro de Educación Primaria y escritor.
CRA Ntra. Sra. del Rosario de Valdeganga (Albacete).

Llevo años oyendo hablar del “problema educativo”, y cada vez estoy más convencido de que en España no existe tal problema. Aquí, lo que se da es un milagro constante, que se produce siempre gracias a la labor de los humildes docentes de a pie, tan poco valorados.

Ya sabéis; hace unos meses quedamos atrapados en una terrible pandemia para la que nadie parecía estar preparado. De un día para otro (hablando de la manera más literal), y sin ningún tipo de orientación de la administración educativa, los maestros y profesores tuvimos que reinventarnos y cambiar unas formas de trabajar que se venían utilizando desde hacía demasiados años.

Y lo hicimos. El milagro, recreado una vez más.

Experiencia Andalucía

Pero hagamos un inciso. Hace cuatro o cinco cursos (recordemos que los Centros de Formación fueron suplantados por una plataforma on-line), un compañero tuvo la deferencia de explicarnos cómo utilizar un blog de aula. Aquella resultó una formación muy útil con la que mejoró mi práctica educativa, así que no tardé en incorporar uno a mis clases. Como banco de recursos y como lugar de encuentro, un blog es una herramienta excelente.

Pero volvamos a los inicios de la pandemia. Recuerdo perfectamente aquel día de miedos y colegios vacíos en el que se nos ordenó programar el caos y la incertidumbre. Mientras lo intentaba, llegué a la conclusión de que convertiría ese blog en mi particular clase digital. Pensé que las videoconferencias, aunque útiles, resultarían más complejas de utilizar, pues cada familia tiene sus propias circunstancias y horarios. Así que, aunque no las descarté, me planteé grabar vídeos que colgaría diariamente en mi blog y a los que mis alumnos podrían acceder con un horario más flexible. Además, decidí acompañar esas explicaciones con actividades on-line, videos de YouTube, acceso a páginas educativas y de juegos, etc.… Y ese fue el eje a través del cual vertebré mis “coronaclases”. Haciendo uso de mi propia conexión a Internet, en mi salón, usando los recursos que tenía por casa y trabajando casi de sol a sol, con imaginación y entusiasmo, me convertí en explorador de una nueva manera de educación.

Un grupo de WhatsApp (yo era reacio a usarlos), correo electrónico, aplicaciones como Class Dojo y videoconferencias semanales, han conformado el resto de mi arsenal. Y así he conseguido mantener la atención de mis alumnos y de sus familias. Es evidente que el trato personal es insustituible en educación, mucho más en edades tempranas, pero creo poder afirmar orgulloso que, con su ayuda, he logrado que esta travesía por el desierto resultara provechosa. A pesar de la sobrecarga de burocracia absurda, a pesar de que las instrucciones de la administración han llegado tarde y han sido básicamente cosméticas, a pesar de que no hemos recibido ayuda ni teníamos formación para obrarlo, creo que el milagro se ha producido de nuevo…

Hemos evolucionado, hemos sobrevivido, hemos crecido… Como siempre.

¿El problema de la Educación…? No. Yo he presenciado un milagro.

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