España supera a la OCDE y a la UE en la competencia creativa, pero Melilla vuelve a ser de las últimas en esta evaluación
La nueva presidenta de ANPE Melilla, Amalia Muñoz Tovar, maestra de educación primaria con más de diez años de experiencia docente, asume el nuevo cargo con mucha ilusión y fuerza para sortear los desafíos que tiene por delante.
Tras realizarse el ya conocido Informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes) salen a la luz sus resultados nacionales e internacionales. El pasado mes de diciembre de 2023 nos encontrábamos con que nuestra ciudad autónoma quedaba posicionada en penúltima posición –ocupando la último la vecina Ceuta– en el ranking nacional de la evaluación, donde se midió el rendimiento académico de estudiantes de entre 15 y 16 años en Matemáticas, Ciencia y Lectura. Este informe evalúa siempre una competencia innovadora, que en 2022 fue la competencia creativa. Los resultados de esta nueva competencia aparecieron publicados en junio de 2024 y nuestra ciudad autónoma, una de las gran olvidadas del Ministerio, se situaba como una de las peor posicionadas.
El resultado obtenido en esta competencia es de 26,1 sobre 60, resultados que asustan si tenemos en cuenta que comunidades autónomas como Madrid –con un 34,8– o Castilla y León –con un 34,6– obtienen una baremación incluso por encima de la media nacional, que es de un 32,8. Lo sucedido de nuevo en nuestra ciudad es más que alarmante y es el Ministerio el que se tiene que preguntar por qué continuamente ocupamos estas posiciones.
Del Informe Pisa se ha extraído la conclusión de que la formación del profesorado y el tiempo que este invierte en docencia directa es crucial para unos resultados favorables, así como también lo son los contextos socioeconómicos que envuelven al mundo educativo y, especialmente, al alumnado. De hecho, se ha podido observar que alumnos con niveles socioeconómicos medio-altos obtienen resultados positivos.
¿Por qué estos malos resultados? Desde ANPE Melilla insistimos en que se deben a la suma de numerosos factores; entre otros: ratios con cifras desorbitadas, lo que genera que la atención individualizada sea cada vez menor; y necesidad de fomentar y proporcionar más formación específica e innovadora a profesores, de reducir la burocracia de los docentes y de invertir en recursos tantos materiales como personales. Abordar todo esto y mucho más es necesario para evitar futuros resultados negativos en el Informe Pisa que se realizará en 2025 y que tendrá como competencias innovadoras la digital y la lengua extranjera.