Por Saturnino Acosta García,
Presidente de ANPE Cáceres
Comienza un nuevo año natural que no escolar, y mientras la mayoría escribieron su carta a los Reyes Magos y ya recibieron sus regalos, los docentes también la escribimos, pero nuestros deseos, ya que nunca nos han regalado nada, por bien que nos portemos no llegan, si llegan, hasta Septiembre y especialmente cada cuatro años, coincidiendo como se imaginarán con las elecciones autonómicas y/o generales.
Nuestra carta siempre empieza por lo más básico, aquello que echamos en falta, y que ya han traído al resto, un Estatuto de la Función Pública Docente y una Carrera Profesional, digna, dignificante y dignificadora. No es que sea un regalo, es que somos los únicos a los que no nos han tenido a bien agasajarnos ni con uno y no con otra, y más que ya va siendo hora, ya es sobre todo necesario pues no podemos seguir con parches cada uno en una comunidad distinta cuando los plazos, tiempos, obligaciones, responsabilidades, legislación alumnado y sociedad en general está cambiando.
Aunque la lista es larga, y en algunas comunidades más que en otras, la siguiente no sería una petición, más bien un deseo y a la vez un temor, que de una vez por todas existiera un acuerdo al menos de mínimos para sacar una ley orgánica de educación perdurable en el tiempo, que pueda ser evaluada y por tanto revisada y actualizada pues de todos los cambios legislativos que hemos tenido en los últimos veinte años, ninguno ha podido ser evaluado por resultados pues se han ido cambiando. Eso, por un lado, y por otro, un poco más profesionalmente, porque el profesorado ya ni sabe ni cómo ni dónde ni cuándo evaluar, qué evaluar, dónde encuadrar sus programaciones y un largo etcétera, eso con la permanente espada de Damocles sobre sus cabezas que venga una DOMCE en breve.
Y ya puestos a pedir, y que sus magos reales, han tenido a bien conceder al resto de cuerpos, por qué el paso de los maestros y maestras al grupo A1, pues la misma carta que escribieron nuestros compañeros y compañeras de otros cuerpos, y que fue atendida, pudiera ser escrita por éstos, pero a día de hoy no sabemos cuál es la explicación de sus majestades para denegarlo.
Políticas educativas de aumento de plantilla, horas lectivas, ratios, licencias y permisos unificados, y un largo etcétera serían como los regalos de os tíos lejanos y se me seguirían olvidando las chocolatinas que metemos en los zapatos o calcetines.
Este año puede ser un gran año, como la noche de Rafael, y por fin los Reyes Magos de la Educación tengan a bien tomarse la Educación no como ese regalo que algunos piensan nos traen con generosidad, será un gran año cuando dejen de tener esa concepción de la Educación y lo tomen como lo que es, una obligación y no un regalo, que ni somos niños ni ellos magos.
Esperemos que en breve sea la Educación y su profesorado los que entren en el debate político y no las subvenciones o regalos, estos sí, a las familias a través de su alumnado en carácter asistencial, ayudas, becas comedores y muchos calcetines para que algunos no cambien de zapatos.