ANPE se opone al borrador del protocolo del departamento de Educación para el regreso a las aulas en septiembre
El 23 de junio, el Departamento de Educación nos presentó en Mesa Sectorial el Borrador del protocolo de prevención y organización para el desarrollo de la actividad educativa presencial para el curso 20/21. La pretensión del Documento es servir de guía para que los centros organicen un plan de contingencia adaptado a cada realidad para abordar un regreso a las aulas en septiembre teniendo como ejes principales el evitar los contagios, la detección precoz de los posibles casos, el priorizar la enseñanza presencial, la conciliación con la vida familiar y laboral de las familias y el mantenimiento del empleo en los distintos sectores educativos.
Para la organización de los centros establece un sistema de sectores bloqueables, en diverso grado, según la situación ante la que nos encontremos. La idea es zonificar, tanto a las personas, como los espacios, de tal manera que, si se producen un brote de contagio, sea posible aislar el sector afectado permitiendo que los demás continúen con la actividad. Con este marco organizativo, establece cuatro escenarios posibles que se activarán en función de la situación sanitaria o de la aparición de casos de contagio. En el primero (situación 1), que se corresponde con la llamada “nueva normalidad”, se garantiza la actividad docente presencial en todas las etapas y cursos. En el segundo (situación 2), en el que puede aparecer un brote de coronavirus, se prevén diferentes maneras de atender al alumnado dependiendo de las etapas y cursos en los que esté matriculado. En una tercera hipótesis (situación 3) se baraja que, debido a la gravedad del brote, sea necesario reforzar la actividad docente no presencial. Finalmente se prevé un cuarto escenario (situación 4) que supondría un cierre total de los centros educativos.
Desde ANPE nos oponemos a este protocolo porque:
- Consideramos que no es efectivo en el cumplimiento de medidas sanitarias de prevención de contagios.
- No limita el riesgo de contagio y propagación del virus en el entorno escolar.
- No establece los recursos (materiales y de profesorado) necesarios para garantizar una enseñanza presencial, de calidad y segura, que el profesorado demanda y nuestro alumnado merece.
Destacamos como aspectos más negativos del protocolo los siguientes:
- Los criterios sanitarios se aplican de forma restrictiva. Consideramos que 2,25m2 por alumno/a no garantiza la distancia interpersonal de 1,5 metros dictada por el Real Decreto Ley 21/2020.
- No se tienen en cuenta criterios educativos, ni necesidades del alumnado y del profesorado.
- La propuesta lo que hace es igualar los criterios a aplicar en la nueva normalidad con los que se venían utilizando antes de la pandemia ofreciendo como diferencia, medidas higiénicas y de protección reforzadas (e insuficientes) y limitación de movimientos de personas en el centro.
- No se apuesta por una medida básica para nosotros como es la reducción del tamaño de grupos, para limitar el riesgo de contagio. Se opta por penalizar la contención del contagio frente a la muy recomendable existencia de grupos más pequeños.
- Se adjudica al profesorado y a los equipos directivos funciones, muchas de las cuales no le corresponden, que implican especial dedicación y atención que se añaden a su ya sobrecargado desempeño profesional sin ninguna medida de apoyo o compensación.
- No se establece una figura especializada de perfil sanitario que actúe con competencia de cara a la prevención y a la intervención en caso de situación de peligro.
Para ANPE el objetivo para el próximo curso debe ser que la Administración garantice la enseñanza presencial creando unos entornos escolares seguros, que den confianza y seguridad a la Comunidad Educativa, cumpliendo para ello de forma rigurosa con las medidas sanitarias y de distanciamiento social. De ningún modo queremos que se repita en el personal docente el sentimiento de abandono, cansancio e incertidumbre que hemos padecido durante este curso escolar.
