ANPE exige que salgan todas las plazas en el próximo concurso de traslados y que también haya un concurso autonómico
Hace unos días se publicó la convocatoria del Concurso General de Traslados, que finalizará el próximo 7 de noviembre y en el que han de participar obligatoriamente todos los funcionarios que no tengan una plaza definitiva.
Este concurso tiene un carácter bianual, pero en el resto del Estado cada comunidad tiene también un concurso propio, al que llaman “concursillo”, que se intercala entre los concursos estatales y que permite a los docentes moverse por esa comunidad. Otra desventaja más para los docentes catalanes, que sólo pueden concursar cada dos años en el general, mientras que los compañeros de otras comunidades pueden hacerlo cada año, uno en el estatal y otro en el autonómico, si así lo desean.
A parte de esta discriminación, el Departamento no saca a concurso todas las plazas existentes, pues prefiere tenerlas retenidas para, en virtud del nefasto Decreto de Plantillas, perfilarlas y así permitir a algunas direcciones un claustro “a la carta” con más del 50% de docentes interinos, escogidos, en muchos casos, a dedo. Mientras tanto, un número considerable de funcionarios de carrera llevan muchos años en expectativa de destino a causa del número ínfimo de plazas sacadas a concurso, como hemos explicado.
Para más “inri”, los docentes catalanes concursan a ciegas, pues las vacantes definitivas se publican después de la resolución provisional del concurso de traslados.
Por todo lo anterior y dado el número ingente de plazas que van a salir en los próximos concursos de estabilización y oposición, ANPE exige al Departamento de Educación que en este próximo concurso de traslados se adjudiquen el mayor número de plazas posibles, a fin de estabilizar cuanto antes no sólo a los funcionarios docentes, sino también las plantillas de los centros, y un concurso autonómico que permita la movilidad en nuestra comunidad.
Una hora lectiva menos a partir de enero de 2023
En virtud del acuerdo entre la administración y los sindicatos del comité de huelga del curso anterior, los docentes catalanes tendrán derecho a partir de enero de una hora lectiva menos, volviendo a las 18h en secundaria y a las 23h en primaria.
Este acuerdo, que era una vieja reivindicación tras los recortes de la anterior crisis y que nos debería haber llenado de regocijo, se está convirtiendo en una auténtica pesadilla para los equipos directivos, especialmente en secundaria, donde es mucho más difícil aplicar esa reducción a esas alturas de curso. Ya dijimos en su día que lo más sensato hubiera sido aceptar la propuesta del Departamento en julio, con la aplicación de la hora lectiva menos en septiembre para primaria y en el curso 2023-24 para secundaria, y ahora no tendríamos este problema añadido. Habrá que esperar a ver qué instrucciones y soluciones da el Departamento para su aplicación.
Lo que sí no se debería demorar más es el acuerdo para que el primer estadio sea a los 6 años, teniendo en cuenta que somos la única comunidad con este recorte todavía en vigor, y la reducción de 2 horas lectivas ya para los mayores de 55 años. Estas dos medidas deberían estar solucionadas ya este curso y sin más dilación, nuestros docentes se lo merecen.
