¡Un gran aplauso para el profesorado!
El pasado 13 de marzo la vida normal se interrumpió en Cantabria. La incertidumbre sobre las medidas a adoptar para frenar la pandemia del COVID-19 hicieron que cada región fuera tomando decisiones previas a la iniciativa gubernamental de declarar el estado de alarma en toda España. Pero esta interrupción de la normalidad no supuso un parón en el sistema educativo. El profesorado respondió adaptándose en tiempo récord a la nueva situación: colegios e institutos cerrados, instrucciones confusas desde la administración, falta de medios… Pese a todas las dificultades, la improvisación primero y la coordinación después, permitieron atender a la mayoría de los niños y jóvenes escolarizados. La atención no pudo ser total por diversas causas: falta de medios informáticos (también muchos docentes tuvieron que adquirir o conseguir equipos personales), dispersión de la población en algunos núcleos rurales, falta de interés en el, escaso pero existente, alumnado absentista, descoordinación inicial sobre los medios a utilizar… Pero el profesorado cántabro, como el del resto de España, asumió su responsabilidad con dedicación, sin importar horarios ni escatimar esfuerzos (en algunas zonas ha habido maestras y maestros repartiendo trabajos personalmente en los domicilios a los que no se podía llegar telemáticamente, acompañando así el contacto telefónico permanente). Todo el profesorado merece un gran aplauso por su trabajo durante estos meses. Desde ANPE-Cantabria queremos agradecérselo.
Atención sindical
Esta atención continua también se ha mantenido por parte de nuestro equipo de liberados/as, atendiendo directamente desde sus casas las consultas de los compañeros y compañeras que lo precisaban, el teléfono, el correo electrónico, el whatsapp, la videoconferencia… han sido los instrumentos de un trabajo que quedó suspendido presencialmente hasta el regreso a la “nueva normalidad”.
Prepotencia telemática
Precisamente por videoconferencia se han celebrado casi todas las reuniones que hemos mantenido con la Consejería, Junta de Personal Docente y Mesas Técnicas y Sectoriales. El método es eficaz si la voluntad de los participantes es la de colaborar y llegar a acuerdos. El problema ha sido que la Consejería, con Marina Lombó al frente, no ha buscado llegar a acuerdos, sino que ha aprovechado la situación para imponer sin negociar y manipulando los acuerdos alcanzados.
Así se inició el confinamiento y llegaron los despidos generalizados de los docentes de apoyo en FP. Se retiró del Orden del Día la aprobación del calendario escolar para el curso 2020/21, calendario que había sido consensuado por toda la comunidad educativa cántabra y que mantenía los períodos bimestrales cumpliendo los días lectivos fijados en la normativa, con la excusa de que no era el momento apropiado para debatirlo. El calendario estaba debatido y aceptado por todos, pero la consejera ha decidido publicarlo en los medios de comunicación con anterioridad a la reunión de la Mesa Sectorial en la que debería haberse aprobado, y, claro que se aprobó la nueva propuesta, pero con los votos en contra de todas las organizaciones sindicales representadas en la Junta de Personal Docente.
También sorpresivamente se ha intentado modificar la Orden que regula el nombramiento del profesorado interino, aunque conseguimos que se dejen hasta septiembre las posibles modificaciones.
Incierto inicio de curso
La situación creada con la pandemia podría ser aprovechada para adaptar las ratios a las nuevas necesidades, pero no es esa la voluntad del Gobierno de Cantabria. La previsión de dos cupos, uno ordinario y otro extraordinario, para el nuevo curso muestra la voluntad de no incrementar el personal docente, incluso en Secundaria son idénticos los cupos ordinario y extraordinario, lo cual es totalmente inaceptable dada la situación anómala.
Siempre hemos defendido la autonomía de los centros, pero no podemos confundir la autonomía pedagógica con la sanitaria. Los centros no pueden establecer medidas de protección sanitaria a su libre albedrío, sino siguiendo las orientaciones de las autoridades sanitarias. Nosotros proponemos que sea la Consejería de Educación , en colaboración con la de Sanidad, la encargada de la compra y distribución de todo el material de higiene y protección , sobre todo este último por su especificidad y el riesgo que puede suponer adquirirlo a través de proveedores de dudosa fiabilidad.
ANPE-Cantabria ha propuesto a la consejera que se potencie la función tutorial ahora más que nunca, acompañada de un complemento retributivo que en otras CCAA ya tienen, así como la formación de todo el profesorado y alumnado al inicio del curso en el uso de los medios informáticos disponibles desde la propia consejería que permitan su utilización en caso de posibles rebrotes de la enfermedad.
Las “tormentas de ideas” que vienen produciéndose desde el MEFP y de la Consejería de Educación, F.P. y Turismo del Gobierno de Cantabria, deben dar paso a la prevención y atención, con medidas concretas, lo cual supondrá inevitablemente un incremento del gasto dedicado a educación.